domingo, 26 de octubre de 2008

La Jueza y la Urraca Magaly Medina


Severa y discutida sentencia de la doctora María Teresa Cabrera corta las alas a la conductora Magaly Medina.






Según sentencia, Magaly Medina saldría en libertad el 15 de marzo del 2009. Su productor, Ney Guerrero, el 15 de enero del 2009.


No faltó quien señalara la ironía de oír de boca de Gisela la sentencia contra Magaly Medina. No faltará, por supuesto, quien subraye este detalle como una arbitrariedad más de la jueza María Teresa Cabrera. Lo cierto es que Gisela Ocaña, secretaria de la doctora Cabrera, se puso de pie aquella mañana del jueves dieciséis de octubre del 2008 a pedido del Vigésimo Sétimo Juzgado Penal de Lima, abrió la boca, y leyó la sentencia más comentada de los últimos años: cinco meses de prisión efectiva para Magaly Jesús Medina Vela, tres meses de pena privativa de la libertad para el sentenciado Ney Víctor Guerrero Orellana y un lapso indeterminado de días sin Magaly TeVe, el programa más visto de la televisión peruana en el último decenio.





Medina ha perdido el juicio penal en primera instancia, pero sin duda viene ganando el litigio mediático. Y como bien ha explicado el doctor César Nakazaki en didáctico careo televisado, el mediático puede influir en el penal. Sobre todo si se trata del personaje popular más poderoso del país, a decir de la última Encuesta del Poder del Grupo Apoyo. Para gran parte de la opinión pública, el Poder Judicial perderá ese juicio por su propio desprestigio. Por la detención de Magaly Medina, pero sobre todo por la libertad de Rómulo León Alegría. No importa que su fuga sea responsabilidad del Ministerio del Interior. Para efectos mediáticos, el subtexto bajo la sentencia es indistinto: ¿por qué ella sí y otros no? El tribunal de la tele y el tribunal de los pueblos coinciden en suspicacia.


Aunque la lectura de sentencia fue programada para el 2 de octubre (tres días antes del Petrogate), los teóricos de la conspiración e ideólogos de la aguja hipodérmica sostienen que hay que descorrer la cortina de humo. La conductora, con la altivez conque rompió una solicitud de rectificación ante cámaras, se ufanó de haber sido utilizada como cortina de humo por “todos los gobiernos”. Cabe preguntarse si la libertad de expresión implica también la libertad de expresarse como cortina o ventana. ¿El peruano promedio sólo reconoce la verdad cuando viene en formato de ampay o chuponeo? Algún teórico del psicosocial debería decidir si en el Perú, tierra de ovnis y vírgenes que lloran, una foto trucha califica como persiana. Sintomáticamente, son los incondicionales de Magaly TeVe quienes sugieren que hay temas más importantes que las desventuras de un personaje público. En este caso, se equivocan.

El juicio mediático que viene ganando Medina es crucial. Apoyándose también en el descrédito de la Federación Peruana de Fútbol (“esa federación tan deteriorada y con tan mala fama”, espetó), ha logrado poner en debate conceptos tan grandes como verdad, honor, libertad de expresión, investigación periodística y libertad de prensa. El affaire Medina ha sido el parteaguas de la opinión periodística. En una esquina, quienes defienden la libertad de expresión por encima del derecho al honor. En la otra, quienes ven los límites de la libertad. La prisión efectiva de Magaly Medina puede sentar un precedente peligroso para el periodismo peruano (ver recuadro). Simultáneamente, es justo reflexionar si su modus operandi en el caso Paolo Guerrero sienta otro, tan o más nocivo. Ambas posturas son reacciones ante la atípica sentencia. Atípica, pero con un antecedente claro.

(Nota completa en la revista Caretas )

Fuente: http://www.caretas.com.pe

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